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Se ha oído de muchos mitos acerca de las vacunas para el COVID-19 y parece que hay más preguntas que respuestas. Decidimos poner al descubierto estos mitos para descartar las falsedades y responder a las preguntas que hayan quedado pendientes.
Mito: Tuve COVID-19 así que no necesito la vacuna.
Existen riesgos graves para la salud asociados con el COVID-19 y es posible volver a infectarse con el virus. La vacuna ofrece beneficios adicionales y el CDC recomienda que recibamos la vacuna incluso si ya fuimos infectados por el COVID-19.
Mito: Mi conteo de anticuerpos para el COVID-19 es alto. No necesito la vacuna.
Los expertos aún no saben cuánto tiempo persiste la inmunidad natural después de que una persona se recupera del COVID-19. La vacuna ofrece beneficios adicionales y el CDC recomienda que recibamos la vacuna incluso si ya fuimos infectados por el COVID-19.
Mito: Me puedo enfermar de COVID-19 si me pongo la vacuna.
Las vacunas de COVID-19 no contienen virus vivos y no pueden infectarlo con el COVID-19.
Mito: Estaré protegido del COVID-19 después de la primera dosis, no necesito una segunda dosis de la vacuna.
Es importante recibir la segunda dosis para obtener la máxima protección que ofrece la vacuna. La duración de la protección de las vacunas no será completa hasta una o dos semanas después de la segunda dosis.
Mito: La vacuna no es segura.
Las vacunas para el COVID-19 se probaron en grandes ensayos clínicos en los que participaron un diverso grupo de personas para asegurar que cumplan con los estándares de seguridad. No se identificaron problemas de seguridad significativos. No administraremos una vacuna de COVID-19 a menos que la FDA haya determinado que es segura y efectiva.
Mito: Sufro de alergias así que no debo recibir la vacuna.
Las personas que tienen alergias severas y que han tenido episodios de anafilaxis en el pasado o reacciones alérgicas a las vacunas deben hablar con su médico de cabecera para determinar si deben recibir la vacuna del COVID-19. Si tuvo una reacción severa (anafilaxis) a la primera dosis, no se recomienda que reciba la segunda dosis.
Mito: La vacuna del COVID-19 puede afectar mi ADN.
No. Las vacunas de mARN trabajan con las defensas naturales del cuerpo para desarrollar inmunidad a una enfermedad de forma segura. El mARN no entra al núcleo de las células, que es donde se almacena el ADN. Después de que el mARN genera una respuesta inmunológica se degrada rápidamente y desaparece. Los científicos han estado estudiando las vacunas de mARN durante muchos años. Puede buscar más información sobre cómo funcionan las vacunas de mARN para el COVID-19.
Mito: Me puse la vacuna así que ahora no tengo que usar mascarilla (máscara).
Aunque la vacuna puede proteger a la persona vacunada, es posible que contagie del virus a otras personas. Es importante seguir usando la mascarilla, lavarse las manos con frecuencia y estar a por lo menos a 6 pies de distancia de las demás personas.
Mito: El proceso de aprobación de la vacuna fue apresurado.
Muchos años de conocimientos científicos e innovación sentaron la base para el rápido desarrollo de esta vacuna. Dos razones por las que las vacunas fueron desarrolladas rápidamente son que las vacunas de mARN se pueden producir más rápido que las demás vacunas y que los científicos usaron las redes de ensayos clínicos existentes para realizar los ensayos para la vacuna del COVID-19 lo más rápido posible.
Mito: Soy joven y de bajo riesgo así que no necesito ponerme la vacuna.
Es posible contraer el COVID-19 e infectar a otras personas incluso si no experimenta los síntomas del virus. Es importante vacunarse para no infectar, sin saberlo, a alguna persona vulnerable que esté a su alrededor.
Mito: Estoy planificando embarazarme y las embarazadas no deben vacunarse.
El embarazo no necesariamente evita que pueda recibir la vacuna. Hable con su médico para determinar qué es lo más indicado para usted.
Mito: Puedo desarrollar mi propia inmunidad.
Los expertos no saben cuánto tiempo persiste la inmunidad después de haber sido infectado. Es importante vacunarse para no infectar, sin saberlo, a alguna persona vulnerable que esté a su alrededor.
Aunque la vacuna puede proteger a la persona vacunada es posible contagiar con el virus a otras personas. En la actualidad e incluso después de recibir la vacuna del COVID-19 sigue siendo importante obedecer las recomendaciones del CDC para evitar la propagación del COVID-19: lavarse las manos con frecuencia, usar siempre una cubierta facial en público y mantener el distanciamiento físico.
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